el dejarme querer

repetidamente rota
mato cada áspera esperanza
que se interpone entre yo y mi víctima
yo y la infelicidad que al imponerle, delato
hay un viento de sombras
que me canta que no me lo merezco
me pongo mas fea y mas pesada y mas terriblemente de piedra
a ver si con todo y eso me ama
y es mucho lo poco que me estimo
mucho aguantar mi cruz
mi penitencia pesada

mas que nada quiero ligereza
la risa del rayo que besa la espalda
el diente de leon flotante




esquivo el real manto de vivacidad y ceguedad que se me ofrece con tanto ahínco

brisas mañaneras
y pasiones intransigentes
apiadense de mi
no dejen expirarse tras el velo de mi cobardía

(se que me extrañas)

este nudo enorme que ya es más grande que yo
pues he alimentado de mentiras y amores errados
(disculpame)

me despolmaré en la falda donde nacimos otra vez...donde pude ser...donde pude llorar...
Nauseas de llanto.
Me hago de la idea de que mis ojos ya no producen el lubricante necesario para limpiar mi alma.
Lo tengo todo y por instantes me siento de porcelana, con la mirada fría y quebrada. Me falta una pestaña.
La vida no exige menos de mi que el todo. Quiero darlo sin deshacerme. Sin romperme otra vez.
Mi llanto no es mi muerte. Es vivir este momento, es lo que exige de mi ahora.
Mi muerte es en vida. Es sufrir esta pena y ser inerte a su expresión.

noviembre

es un noviembre como cualquier otro de vidas pasadas y sueños cansados
mas uno contigo a mi lado
con partos de luna, deseos forjados y semillas crecientes

mi cielo
caminando por el río inevitable a la mar...desasosegada
las ráfagas avecinan tus manos

y es ante este noviembre que mis labios se deshojan
y mis dedos se deshilan
girando como un dervish